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9 noviembre 2025
Me refiero al que ya no está, al que exiliado en un oasis del desierto ocupa un lugar en mi recuerdo. El viejo rey o rey emérito, expresión esta última que me suena a pompa sin circunstancia. Lo recuerdo mientras la universidad ardía de ideas posibles e imposibles, mientras el país se dolía por un futuro incierto o gritaba por la libertad en una explosión de vida que surgía como un géiser saliendo del pasado. Entonces leí que alguien dijo que era "monarquicano" y yo afirmé que también valorando gestos y acciones de un rey que, aunque había sido nombrado por la dictadura, eran trascendentes para la democracia venidera. Después, en el golpe de Tejero, a pesar de las sombras que rodean el hecho -lo importante siempre es como acaban las cosas-, el rey fue básico para que aquellos días no sean un escrito trágico y sangriento en nuestra historia. Me caía bien este don Juan que veía cercano, amante de su pueblo, lleno de la luz del cambio necesario para continuar nuestra historia, ilusionado con su liderazgo. Incluso recuerdo debates interminables con republicanos que aspiraban a eliminar la monarquía. Juan Carlos los había derrotado con su planta, sus palabras y sus hechos. Me iba hasta más allá de la simpatía personal y defendía la modernidad de las democracias parlamentarias. El viejo rey había sabido ponerse en el lado bueno de la historia. Y cabalgando como sones lejanos por el viento, había ecos sobre su bragueta y su bolsillo, sobre hazañas del personaje en plan crápula y libertino. El rey hace lo que le da la gana, ha creído que su inmunidad jurídica le salva de su pendoneo, escribió alguien, pero todos mirábamos hacia otro lado. Ahora tenemos un rey bifronte. Una cara en nuestra memoria memorable, y otra en nuestros ojos deplorable. Hay una balanza siempre en mi mente cuando lo miro. El salvador y el vividor. El peso de cada personaje se confunde entre la memoria y el presente. En el fondo me da pena ese sentimiento de la vulnerabilidad humana, que hace que sea tan difícil creer en los líderes. De todas formas, y a pesar de todo, en la balanza aún pesa su liderazgo en momentos tan difíciles.
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Colaborador Mediaset: proyectos España mira a La Meca, Quijotes del siglo XXI y tertuliano en Cuatro al día y La Mirada Crítica de Telecinco
Colaborador en Telemadrid: tertuliano en 120 minutos
Columnista del diario Marca
Columnista grupo de diarios Promecal (Castilla-La Mancha, Castilla y León y La Rioja)
Colaborador en TVE1: tertuliano en Mañaneros 360
Director de Fenavin, Fería Nacional del Vino.