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24 mayo 2010
Maradona, de quien echamos de menos los actos de sus piernas y de más echamos las patadas de su lengua, de vez en cuando dice sabias sentencias. Hace poco espetó a la prensa con su verbo impertinente y lenguaraz: No quiero ser favorito en el mundial porque luego el favorito no lo gana. Creo que esta vez lleva razón. Porque ir de ganador a algo tan complicado como un mundial te genera una presión añadida, te pone en el punto de mira, te puede montar en el coco el cuento de la lechera y al final no te das cuenta de qué pasó pero te ves en casa y con el cántaro vacío. La euforia es el mayor enemigo de la prudencia y a veces es la antesala de la amargura. En este país somos muy dados a pasar del cielo al infierno y viceversa, olvidando que la realidad se halla en la tierra, donde crecen los árboles, nacen los ríos y respiran vida y humo las ciudades. Además, si me doy un paseo por la memoria, tengo que pararme en demasiados momentos en los que nuestra selección aspiraba a todo y luego regresaba a casa maldiciendo al destino y a los árbitros, preguntándose por qué se aspiraba a tanto y se llegaba con tan poco. Hasta he llegado a pensar que a nosotros el favoritismo nos sienta mal. Es como una mayonesa con salmonela o unas gambas con demasiado amoniaco. Espero que Del Bosque, hombre prudente donde los haya, pueda parar esta euforia galopante. En primer lugar aquí, porque algunos periodistas ya viven la victoria y sólo se preguntan contra quién será. Y también fuera, porque tanta admiración y exaltación seguro estoy que puede ser una quinta columna que por dentro nos debilite y confíe. Pero sobre todo, nuestro mesurado entrenador debe aislar de esta euforia la propia cabeza de los jugadores. Es mejor la humildad que la soberbia. Y debe pasar la patata caliente a otro equipo. A Italia, por ejemplo, que siempre suele ir de tapado, y al final, jamás dejan de rozar o ganar los laureles. Dejemos de soñar, y así evitaremos la posibilidad de tener mañana una pesadilla. Y si al final ganáramos, seguro estoy que la victoria, encima, nos sabría más dulce.
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Colaborador Mediaset: proyectos España mira a La Meca, Quijotes del siglo XXI y tertuliano en Cuatro al día y La Mirada Crítica de Telecinco
Colaborador en Telemadrid: tertuliano en 120 minutos
Columnista del diario Marca
Columnista grupo de diarios Promecal (Castilla-La Mancha, Castilla y León y La Rioja)
Colaborador en TVE1: tertuliano en Mañaneros 360
Director de Fenavin, Fería Nacional del Vino.