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BELLINGHAM "EL SANTO"

LAS CUATRO ESQUINAS

ILUSIÓN, DERROTA, REALIDAD, DEFENSA

BELLINGHAM "EL SANTO"

Tocado por la virtud de aparecer en el momento oportuno. Luchando contra la sombra de Mbappé. Cumpliendo ese sueño grande que a pocos mortales es concedido. Bellingham enamora. No solo al madridismo que incluso ha quemado las ansias de ver a Mbappé, también al mundo del fútbol que ve emocionado el nacimiento de una estrella. Fresco como el viento de la montaña que llega a una cabaña. Lleno de fuerza y habilidad. Tenemos la suerte de verlo en nuestra Liga porque, al contrario que el francés, ha entendido que jugar en el Madrid no tiene precio. Si Casillas era "el Santo", porque salvaba al equipo en las dificultades, ahora es el inglés, teñido de un madridismo providencial. Ojalá el tiempo no doblegue su fuerza.

LA SENDA DE ALCARAZ

La derrota es una enseñanza para la victoria, salvo que se vuelva en obsesiva. Contra Jannik Sinner, Alcaraz durmió su fuerza otra vez, se dejó llevar por la negatividad, olvidando su variedad de golpes, su poderosa derecha y su talento inigualable. Le debe servir para aprender, dijo, creo, Roberto Carretero, y ojalá el aprendizaje consista en saber que cuando deja de ser él mismo no es tan bueno. "Estaba fuera de mi", dijo el murciano, incapaz de procesar haber perdido el primer set, a pesar de que pudo haberle roto dos veces seguidas el servicio al italiano. Tres a cero. No sucedió y su cabeza le expulsó del partido. Pero Alcaraz es tan bueno que, con su equipo, sabrá superar esa debilidad que tiene por dentro.

RAMOS Y LOS ÁRBITROS

Sergio Ramos siempre lo da todo. Va a muerte. Domina muchos registros, no solo dentro del campo, también fuera. Después del mal arbitraje contra el PSV, ha deslizado, insinuado, apuntado, no sé cómo decir por el doble sentido de su frase, que contra el Madrid no le habrían pitado el penalti injusto. Apenas tocó a Tillman y además éste llegaba cayéndose. Pide el mismo respeto para el Sevilla, o para todos los equipo, que el que tiene el Madrid. La declaración es desafortunada, porque anuncia, aunque de manera oscura, una bula arbitral pasada que para nada beneficia a su currículum. Ramon es lo que fue, lo que es y lo que será. Y el mismo respeto ha de tener a cada uno de los tiempos de su carrera.

RUBIALES SE ENROCA

Cierto es que las declaraciones de Rubiales ante el juez ("El Español") responden sobre todo a su realidad de investigado. Pero ese pertinaz autismo ante un acto machista, ante los ojos del mundo, ha sido una de las causas de su desgracia. Si hubiese reconocido su error, y pedido excusas de forma conveniente (como han hecho otros ante meteduras de pata también machistas), igual no estaría ahora ante la justicia, aunque por supuesto debería haber dimitido. Lo que gran parte de la sociedad y numerosos medios del mundo vieron, no lo vio Rubiales. Si esta percepción interna le ayuda ante el juez, está en su derecho. Pero su forma de actuar desde el principio ha sido un rosario de errores interminable.