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CONFIGURACIÓN
24 septiembre 2023
(Foto: elDiarioes)
Me resulta difícil escuchar la diatriba de personas que tengo en mi corazón contra Sánchez, al cabo secretario general de su partido, el que ellos crearon. Algunos ridiculizan el empeño, indicando venganzas, celos, cosas de mayores, ganas de notoriedad…, pero olvidan que, en el caso de Felipe González, están hablando de un hombre que no era obseso de las tijeras o de la banal política de los gestos. No sé si acaso inauguró alguna autopista, no lo recuerdo comiéndose la pantalla en la Expo92 y jamás creo fue a ningún evento deportivo a llevarse su cuota de pantalla.
Estoy leyendo Las rosas y las espinas, de Alfonso Guerra. Aunque voy por la mitad y apenas han aparecido espinas, percibo que el fondo de las protestas de todos estos socialistas históricos, está en el desprecio que cierta izquierda de nueva cuña, nacida en el 15-M, realiza al que es para mí uno de los mejores hitos de nuestra historia: La Transición. En un momento muy difícil, de miradas torvas, retadoras y espadas en alto, encontramos el camino del entendimiento y el abrazo, diluimos nuestras fobias históricas en un hambre de futuro en el que "ya sí sería posible entenderse" y quedaron enterrados los agravios para siempre (salvo los que aún se están desenterrando cerca de los cementerios, es de justicia decirlo). Todo por un futuro hermoso y en paz para nosotros y nuestros hijos.
Pablo Iglesias fue el primero en desacreditar aquel tiempo y todavía me pregunto a cambio de qué. ¿Quizá no soportaba que la izquierda modulara su utopía, sintiera que ese imposible paraíso del proletariado no merecía perder ninguna generación, y era mejor un pacto con el capitalismo y la derecha moderada para mejorar ya la vida de los trabajadores? Muy mal no salió. La renta per cápita era de 2.735 dólares en el 74, y hoy 27.870, habiendo incluso superado a Italia por primera vez en la historia (2017).
Hoy es la posibilidad de la amnistía al procés lo que despierta esas voces que vienen del ayer. La esencia sigue la misma, el pacto histórico, el olvido de los viejos demonios, la necesidad de salvaguardar la Constitución que dura y nos ampara, no entrar en una deriva en la que los bloques comienzan a perfilar una realidad persistente de desencuentro. Ese no es el espíritu de la transición que ha mejorado tanto nuestras vidas y puede seguir haciéndolo.
No sé si llamar amnistía o gracia, pero sí tengo claro que si la esencia del acto que finalmente sea, no tiene el mismo valor de encuentro y mirada sin exigencias ni rencores hacia el futuro, como en la Transición, será la continuación del camino de otra política más dura de confrontación y bloques irreconciliables. De eso creo que nos alertan esas voces que vienen de la historia. De eso habla Felipe González, que algo de esto sabe, digo yo.
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Escritor y periodista
Colaborador Mediaset: proyectos España mira a La Meca, Quijotes del siglo XXI y tertuliano en Cuatro al día y La Mirada Crítica de Telecinco
Colaborador en Telemadrid: tertuliano en 120 minutos
Columnista del diario Marca
Columnista grupo de diarios Promecal (Castilla-La Mancha, Castilla y León y La Rioja)
Colaborador en TVE1: tertuliano en Mañaneros 360
Director de Fenavin, Fería Nacional del Vino.