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EL FOCO Y LA VÍCTIMA

LAS CUATRO ESQUINAS

FELICIDAD, MALA GENTE, ENCIERRO, GRANDE

EL FOCO Y LA VÍCTIMA

Muchos disparan adonde se hizo el daño. La víctima no debe pasar el mal trago de tener que justificarse. La víctima es la herida, la que soporta, la que se reconcome por dentro sintiendo por qué le ha pasado eso sin haberlo provocado, sin buscarlo, sólo porque es mujer. La víctima se pregunta por qué su jefe, en desbandada sensatez, frente al mundo, aborda sus labios en un beso que hace que se sienta superada y débil. ¡Ella solo quiere disfrutar con sus compañeras del Mundial! Pero la sombra de ese beso la llena de oscuridad. Gentes desconocidas la interpretan mal porque no se hunde en la tristeza. Pero es que la víctima quiere reír, es campeona del mundo. La víctima es feliz por haber cumplido el sueño más grande.

ODIO, ACEITE Y CHINCHETAS

Meterse en sus cabezas es entrar en un oscuro laberinto. El sentido común es un rincón perdido por sus neuronas. La decencia social está pervertida por sueños de independencia que para los demás son pesadillas. Esos cuatro de los CDR solo creen en la destrucción. Son una lacra para la convivencia. Odian a la sociedad porque no es como ellos quieren que sea. Son matones de la inteligencia, porque para ellos razonar es un vicio absurdo si las conclusiones no son las que desean. Odian y no se dan cuenta de que el odio es una ciénaga que te atrapa. Odian a España, tanto, que solo pueden ser infelices porque España sigue adelante. La vuelta ciclista sigue adelante y ellos se quedan con su odio devorando sus neuronas.

LA MADRE Y EL DOLOR

Si el mundo te cae encima es a mí a quién aplasta. La madre de Rubiales ha escuchado el lamento del hijo y no puede estar quieta. Se enfrenta sola contra el mundo. Cada lanzada que a su hijo llega, la mata. De la BBC, la FIFA, L'Equipe, la ONU, las televisiones, los políticos..., a todos la madre enseña su rostro de dolor. Dejadle en paz. Estáis cometiendo una injusticia. ¡Quién puede no entender a la madre! Un cabeza hueca. Pero si puedo no entender a Rubiales. ¡Pero hombre, como no has impedido a tu madre hacer esa huelga de hambre! Cómo permites esa tristeza pública. ¡Cómo la dejas que llene el absurdo vodevil que has creado! No quiero decir lo que me viene a la cabeza, porque es demasiado duro.

EL ESCENARIO DE DJOKOVIC

Llegó a Cincinnati con la lección bien aprendida. Perdió en Wimbledon porque no supo valorar el talento y arrojo juvenil de Alcaraz. Reo de la sorpresa cayó siendo arroyado. Y decidió ofrecer en Cincinnati todo su arte teatrero para envolver a Alcaraz en un partido abrupto. El serbio parecía cansado, tirando bolas a la red, al cabo generando una confianza engañosa. Extenuado renació de sus cenizas y se llevó el último set y el partido. Ahora Alcaraz ya conoce sus añagazas. Si se encuentran será a cinto set y Djokovic hará otro partido extraño, lleno de paradas y altibajos. Alcaraz ha de seguir con su juego y su sonrisa, pero consciente de que enfrente no solo tiene a un gran tenista sino también a un gran actor.