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ESPERPENTO NACIONAL

LAS CUATRO ESQUINAS

JUSTICIA, ADIÓS, SEGUIR, TRANQUILIDAD

ESPERPENDO NACIONAL

Se te cae el periódico de las manos o asombrado miras la tele: ¿es verdad que el Barça le cascó 1,4 millones al vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros, y este hasta lo declaró a Hacienda y es legal y no pasa nada y no se entera ni Dios, y ahora sale y de manera presunta imaginamos aquella sequía de penaltis para los blaugranas, y aquí nadie dimite y Laporta dice que esto sale ahora porque el equipo funciona, y dicen que pagaron para que los árbitros no les trataran mal, o sea, para que los penaltis injustos se los llevaran otros, y Enríquez Negreira, el hombre, se cree que sus informes valen ese pastón, y pone la mano sin miedo y así hemos estado unos años y no pasa nada y no dimite nadie y ya está? Pues tiene pinta.

UN EQUIPO SIN ALMA

Contra el Bayern el PSG se juega el ser. Con Messi, Mbappé, Ramos, Neymar... tendrías que ganar todo, la Champions. Pero más allá de los nombres en el fútbol hay partidos que crean el alma del equipo. Momentos en los que la angustia de la derrota, superada, crea la inmensa luz de una fe en el grupo que vale más que todos los nombres. El PSG es un equipo que rebosa dinero, pero le falta alma, esa que enciende el pecho de los futbolistas y les hace dar hasta la última micra de talento. Algo así es lo que dio Messi con Argentina. Sentir que se puede tocar un sueño colectivo crea solidaridad. Ahí está ese Miura alemán. Enfrente un PSG que se hundirá en las sombras, lo más probable, o se elevará a los cielos, al fin.

EL PRINCIPIO DEL FINAL

Viendo jugar a Kroos uno termina amando el orden, cree en la razón y en la evidencia de que la lógica es más rentable que la locura. Kroos es un sistema de líneas y pases que ordena la geometría más bella. Es pura matemática, una luz que ilumina lo oscuro. Y cuando le escuchas hablar percibes que su cabeza está igual de calibrada que su juego. Un mundo en orden, que busca la perfección, el equilibrio, en el que la creatividad sucede en el momento preciso, es lo que emana de Kroos. Por ello cualquier entrenador lo quiere a su lado. Además, todavía está en edad fecunda, le quedan muchos pases que dar. Ojalá sea en el Madrid, porque una parte de Kroos es el Madrid, y una parte del Madrid es Kroos.

TIEMPO DE ESPERA

Esperando la dureza de la Champions, mirando desde lejos en la Liga, de vez en cuando al Madrid le viene bien un partido en el que no existan dudas. Mientras Camavinga y Ceballos van siendo necesarios, Ancelotti cuida a Modric, porque a la hora de la verdad siempre será necesario. El croata nunca debería dejar de jugar. Otra temporada más, y otra... De momento el tiempo bosteza y Modric se escapa de su sentencia. Lo que él quiera. Que juegue hasta que el cuerpo diga basta. El Madrid engrasa la maquinaria, llega la Champions, otra vez la Champions. Benzema afina, Asensio destapa el tarro de las esencias, Nacho se gana seguir también el tiempo que quiera. El Barça no afloja. Llega la Champions.