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19 diciembre 2024
LAS CUATRO ESQUINAS
THE BEST, MEMORIA, DESEO, CAMPEÓN
EL DÍA DE LA JUSTICIA
Aún no ha empezado la final. Merodeamos la pantalla mientras el café espera la merienda. Ronda el aire la esperanza. Queda aún media hora. Me gustaría ser una sombra. Meterme en la cabeza de los jugadores y palpar qué siente. Como en ese filme de la infancia me vuelvo minúsculo y penetro en las neuronas de Vinicius. Ahí dentro hay una rabia que alimenta sus fibras volviéndolas más elásticas. La memoria atrapa días en los que fue criticado, con aires de mofa. ¿Dónde están ahora esos que gritaban "¡Vinicus Balón de Oro!" y luego lanzaban una estruendosa carcajada? Hoy estarán escondidos en la tierra seca de su ineptitud. Avergonzados. Cabreados. Tienen su merecido.
EL MÁS GRANDE
Mientras la magdalena aspira el café se me despierta la memoria, como en aquella escena que dice Proust: aquel olor me llevó a la infancia, cuando mi tía las llevaba recién sacadas del horno. El olor despierta los días perdidos. Como hizo Ancelotti cuando le preguntó un periodista si controlaba al equipo. El italiano se quitó la sábana del tiempo y enseñó su pecho lleno de medallas. Oiga, le está usted hablando al mejor entrenador del mundo. Seleccione sus preguntas. El equipo en crisis está ya en el umbral de otro título. Mi sombra llega al corazón del italiano y una inmensa gratitud allí se aloja. Aún no ha empezado el partido y ese hombre está nervioso. Así se respeta al fútbol.
LA HORA DE LOS SUEÑOS
Mbappé aún no ha visto nada. Está todavía cachorro. En el Madrid claro. Pero ya tiene dos títulos. Quiere que los sueños sean olas del mar que se mueven en su pecho. Ahora tiene la infancia entre sus manos. Una camiseta blanca. Una foto de Cristiano. El nerviosismo de conseguir lo que desea cuanto antes. Seguro que el equipo une su soledad y siente que es un único corazón. Mbappé desentierra una sonrisa infantil. No hay dinero que simbolice ese momento. El mundo devora con sus ojos al francés. Algunos quieren que fracase. La gran mayoría brindar con una copa de luz. Son las seis de la tarde. Es la hora del alma y el juego.
UNA PAREJA BIEN AVENIDA
Ya es la hora de levantar la copa de vino, elevarla, sentir que título y Madrid forman un matrimonio perfecto. A un lado de la pantalla el partido y al otro el folio de las palabras. La épica del campeón va por el desierto. Millones de corazones sienten en este momento algo difícil de definir. Es amor al Madrid. Un amor viejo o nuevo. El que se alojó en los ojos de un niño deslumbrado. El que nace en quien lleva el fútbol en el pecho y se vuelve blanco. Porque sueña con esa camiseta, y aunque nunca la llevará, se la pone en el alma. Vinicius, horadador, desvalijador de defensas, marca un penalti y la copa de vino tiene labios y sonríe. Es amor al Madrid y ya está.
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Escritor y periodista
Colaborador Mediaset: proyectos España mira a La Meca, Quijotes del siglo XXI y tertuliano en Cuatro al día y La Mirada Crítica de Telecinco
Colaborador en Telemadrid: tertuliano en 120 minutos
Columnista del diario Marca
Columnista grupo de diarios Promecal (Castilla-La Mancha, Castilla y León y La Rioja)
Colaborador en TVE1: tertuliano en Mañaneros 360
Director de Fenavin, Fería Nacional del Vino.