21/03/2016

UN BESO, UNA CARICIA Y UNA FLOR…

…no es ligero equipaje para tan largo viaje, como dice Nino Bravo en esa hermosa canción en la que vive de día pensando en la sonrisa de la amada, de noche le acompañan las estrellas y ella es como una luz en su camino. Si de algo nos habla esa canción es de hermosos y nostálgicos escenarios de huida y de llegada, de encuentro y de pérdida en ese maravilloso mundo de las sensaciones humanas. Al final todo consiste en que lo que ocurre afuera genere endorfinas en el cerebro, ya sea porque se cumplen objetivos o porque alguien te tiende una mano, te da un beso, te acaricia o te regala una flor. Por decirlo en palabras de Monedero: lo más hermoso de la nueva política es que la gente ha vuelto a llorar en los mítines. Por decirlo en palabras de Pablo Iglesias: a nosotros nos brillan los ojos cuando hablamos y nuestros adversarios no soportan esa belleza.

El famoso beso en la boca entre Iglesias y Domènech, ante el estupor mohíno de Morenés y García Margallo, va a hacer más por los pobres y los oprimidos que quinientos gramos de ideología servidos en un panfleto acabado. Reina –perdón por el término cursi- lo que llamo la política de las sensaciones. O sea que en este mundo de fuegos artificiales, impactos instantáneos y caricias vanas hace mucho más por la sociedad un te quiero que eso que llaman ideas. Las ideas tienen prohibido aparecer por Twitter. Y cuando van por Facebook son tratadas como alumnos silenciosos y extraños en una clase tumultuosa. Sin embargo no crea Pablo Iglesias que desatarse las pasiones para luchar por la clase trabajadora es algo que él haya inventado. Sepa que en esta región hubo un maestro en ese arte, José Bono. El de Albacete no solo creó escuela sino que seguro es justo antecedente de esta política de las emociones, a la que, por supuesto, también se apuntó el PP (aunque sin mucho convencimiento) como se demostró en aquel video en el que Arenas decía que les faltaba piel, y lo que pensaba al verlo cualquiera de inmediato es que les faltaba corazón.

Conmovamos al pueblo, distribuyamos el amor como margaritas por el campo, digamos os quiero hasta la saciedad…parece una buena manera de luchar contra el neoliberalismo. Aunque creo que para ser más efectivos habría que hacer sonar el Top 10 de las canciones más cursis de la historia para cerrar los mítines. Cosas como "Sin miedo a nada" de Alex "Lumbago", "Te extraño, te olvido y te amo" de Ricky "Marketing" o "Se fue" de Laura "Menopausini" serían buenos himnos finales. Que piensen ellos, decía Unamuno. Y para terminar una frase de Jobs: "Estamos aquí para dar un mordisco al universo". Quizá demasiado brusca para Iglesias. Debería decir un beso al universo…y acabar con un violín sonando en el silencio mientras en el mitin la gente llora.

Impreso desde www.manueljulia.com el día 01/04/2023 a las 16:04h.