22/02/2016

FILÓSOFOS Y MERCADERES


Se me pierden unas horas en brazos de la política. Los periódicos rezuman silencio y costumbre encima de la mesa. Este tiempo de oscuridades late con un corazón incierto en el paisaje de letras y fotos. Al fondo de la mesa está "La voluntad" de Azorín. Terco país éste que entierra el talento. Umbral decía que Azorín era un cadáver que respiraba, o algo así. Lo criticaba pero era uno de sus hijos literarios. Mejor eso que no lo de ahora, el olvido de un gran talento. Qué país más ingrato. "Ante todo", decía el maestro, "no debe haber fábula…la vida no tiene fábula: es diversa, multiforme, ondulante, contradictoria…" ¡Cómo iba a escribir con esa fuerza un cadáver! El cadáver es la propia cultura soterrada por ejércitos de fabuladores, sombras parlanchinas, el imperio de lo banal y el mercadeo en la pantalla de la realidad. Es ese espectáculo de la vida que tragamos con el oxígeno. ¡Zas!, atrapo los periódicos. Es un domingo frío, de cielo gris espeso, de calles solitarias…

"España es un país que se pone delante de un toro, pero ve un libro y sale corriendo", dice Julio Anguita en una entrevista. El viejo comunista pasa factura a los que despreciaron su voz en el desierto. La entrevista nos muestra a un tipo de inmensa soberbia política, algo así como un profeta que piensa que es imposible que la verdad no esté en otro sitio que en sus labios. "Me gustaría volver un día al congreso y decir: ¿Ahora qué, hijos de puta?". Las puertas giratorias, el descrédito político, la indignación social, la corrupción…Todo late en el papel comprimido de los periódicos grises. Me voy a ir a dar un paseo con mi perro. Tengo la mente llena de palabras que mañana se perderán por el vacío de lo cotidiano. Woody vive en su mundo perfecto de pocas cosas, pocas ideas, pocas necesidades. Le basta un poco de atención y la comida para ser feliz. Los seres humanos somos muchísimo más complejos. No todo es tan simple como cree Pablo Iglesias. El "sorpasso". La izquierda no está solo entre las cejas inquietantes de Monedero. Mucha gente no va a aceptar que no se aproveche el momento. Su maquiavelismo le pasará factura.

Hace frío. Tengo que volverme a casa. Las calles desiertas, los parques sin nadie… Domingo triste. Europa aplasta a los filósofos. Ama a los mercaderes. Los padres fundadores llorarían…Adenauer, De Gasperi, Churchill, Monnet… Ortega fustigaría a estos burócratas que pisan el sueño, a estos políticos mediocres lejos de Miterrand, Delors, Khol, González…No solo hace frío afuera hace mucho frío en una Europa que ha perdido el calor de la gente. Los mercaderes han vencido. El egoísmo social impera. De los 160.000 refugiados no se han recogido ni 500. Como diría Azorín, somos espectadores de nuestra propia pequeñez.

Impreso desde www.manueljulia.com el día 01/04/2023 a las 16:04h.