03/09/2006

DE NUEVO SEPTIEMBRE

Digamos que septiembre es uno de los meses más agónicos del calendario. Básicamente, porque es una frontera entre dos mundos prácticamente distintos. La vida, durante el verano, se ralentiza como un coche que va reduciendo velocidades. Todo sucede como en otro estadio distinto. Los segundos son más lentos y hasta parece que sus ámbitos diversos tienen menos habitantes. Me refiero, por supuesto, a aquellos lugares que caen en manos casi del vacío porque se ha ido la gente de veraneo. Si hablamos de la costa, sucede exactamente lo contrario. Por eso me refiero a los espacios del resto del año. Y así, las carreteras que ayer estaban tumultuosas en agosto tienen una placidez desconocida. Y uno puede ir al bar de siempre y encontrar un silencio tan extraño que parece de otro mundo. El parque, aunque se llena de niños, tiene otro ritmo, otra placidez en sus sombras. Puede uno dominar el tiempo, sentir su individualidad poco agredida, pasear casi más dueño del aire. Ya digo, la vida se ralentiza, se desocupa, se hace como más amplia. Pero luego llega septiembre y es como si de repente se soltara el reprís del tiempo, como si en un instante que va de la noche al día todo recuperara su ansiedad pasada. Y no me refiero sólo a esa angustia septembrina, que indica, sobre todo, que lo que solemos hacer en el resto del año no nos llena lo suficiente. Lo que nos espera en septiembre es la vida cotidiana. La que nos ha elegido por encima de nuestros deseos, y sobre todo, por encima de nuestros sueños. Esa vida forjada de circunstancias, inteligencia y azar que nos ha seleccionado para representar un papel a su medida. Quizá agosto sea algo así como el intermedio de una obra de teatro que sucede en dos actos. Y septiembre el predominio de las circunstancias que decía Ortega. Yo soy yo y mis circunstancias, dijo el filósofo. Aunque, con humildad, cabría decirle que es al revés, que yo soy mis circunstancias y yo. Primero lo que más manda. En este caso, el orden de los factores sí altera el producto. En fin, que aquí está septiembre, para todo el año, joé.

Impreso desde www.manueljulia.com el día 10/12/2023 a las 21:12h.