12/03/2006
A las películas de Almodóvar se les nota cada vez más el pasado. Se cumple aquella tremenda, y gratificante, sentencia de Rilke en el sentido de que la única patria que existe es la de la infancia. Las demás son volátiles, fingidas, insustanciales. Si al principio, con Pepi, Lucy y el resto de filmes anclados en los vientos de la modernidad, Almodóvar era la vanguardia de la urbe, ahora parece que enciende el retrovisor de la vida para mirar como se refleja su rostro en el pozo del pasado. Allí se encuentra el sol tan brillante del atardecer en Calzada. Están los muros encalados llenos de paja y el sabroso rastro de la merienda trayendo la ternura como a Proust le recordara el olor de la magdalena, en un café de París, el cariño de los brazos maternos. Dice el filósofo que estamos hechos de recuerdos. Y el poeta, con más agudeza, le contesta que estamos hechos de olvidos. El olvido es la materia que nos hace. Hasta que un día, uno no sabe cómo ni por qué, ese olvido se llena de escenas antiguas que vuelven a salir como hormigas de las entrañas. Hace mucho tiempo, en Venezuela, un viejo taxista gallego me enseñó con una oscura mirada lo que es la nostalgia. Y ahora, Almodóvar, con sus imágenes llenas de rastros manchegos, me enseña que uno es más lo que fue de lo que cree o se imagina. Se cruzan desiertos, vergeles, mares y ríos buscando, como Jasón y los Argonautas, el Vellocino de Oro, pero siempre, en algún momento, el ser antiguo que llevamos dentro tira de nosotros hasta las raíces que nos sostienen, hasta nuestra profunda identidad. Esto, para nuestro gozo, a veces hay quien lo convierte en arte. Arte que nace de las sombras para convertirse en luz, como en las películas de Pedro Almodóvar. Porque así como existe La Mancha de Cervantes, Azorín, Cabañero o Pavón, existe la de Almodóvar. Una Mancha que fue secundaria en sus primeras películas, pero que ya aflora como el agua de una fuente interior interminable. Almodóvar era antes más expresivo. Ahora es más bello, más íntimo. Y más genial todavía, si es posible.
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