05/03/2006
Aunque vivimos en la sociedad audiovisual, es preciso reconocer que el libro sigue siendo importante. Rácano sería nuestro salón si no tuviera unos cuantos volúmenes en el aparador principal. Digamos que La Biblia o El quijote, acompañados por algunos del Círculo de Lectores, dan una aureola intelectual al hogar, son convenientes para deslumbrar a las visitas. En esto de los libros hay que hacer, evidentemente, referencia a la estética. Porque un salón sin libros es como una alcoba sin camas o un coche sin ruedas. La prueba es que todo el mundo tiene algún que otro libro en su sala principal. Incluso, creo que hay gente que suele leer los libros que tiene en su casa. Yo, hace tiempo, tuve un amigo que leyó un libro. Le echó paciencia el hombre al asunto. Después de varios años de esfuerzo consiguió terminar de engullirse sus páginas. Era nada menos que la Odisea de Homero, y desde entonces, cambió su vida. Comenzó a ejemplarizar sus axiomas de taberna con citas mitológicas. A todo le encontraba una leyenda el tío. Y por eso todo el personal de tertulia se dio cuenta que nuestro hombre se había vuelto un intelectual de postín, un Séneca. De esta evidencia se desprende que los libros son muy buenos para mantener conversaciones ilustradas, que es lo que la gente busca con ahínco. Porque, normalmente, en la vida cotidiana, se nota si el que tienes enfrente es un hombre leído o un ágrafo troglodita vociferante. Todo el mundo lo percibe. Porque aquí se valora ante todo los mensajes profundos. Y no hay como leer libros para dejar de ser banal y penetrar en las profundidades de la vida. Esto es tan cierto como que toda la gente que conozco que lee libros es gente meditabunda, prolífica y compleja. Por eso comprendo que hasta exista el llamado día del libro, en abril. Creo que todos, en ese día, deberíamos leer un libro, para que la conmemoración no se quede en puro protocolo, en inútiles salvas de sabiduría. Yo, por ejemplo, el la del año pasado leí uno y bien sabe dios que me quedé muy a gusto. Tanto, que este año, cuando llegue, volveré a repetir. Ea.
Impreso desde www.manueljulia.com el día 05/06/2023 a las 03:06h.