26/02/2023
"Ese joven que has puesto no tiene la democracia en el corazón", le dijo Clinton a Yeltsin cuando conoció a Putin. Ambos perseguían un común objetivo, crear una Rusia democrática, la única manera de forjar un futuro para aquel país empobrecido e ineficiente que se iba hundiendo más cada día. "Aquel joven", que llamó Clinton, se ganó la confianza de Yeltsin con un ardor democrático que pronto dio su voraz realidad. En cuanto el ex-jefe de la KGB pudo mostró las dos características básicas de su perfil: la impiedad y el autoritarismo. Yeltsin, antes de morir, manifestó haber cometido un error terrible.
La impiedad la demostró pronto. En 2004, un grupo de terroristas chechenos entró en un colegio de Beslán y cogieron a más de mil rehenes, muchos niños. El ejército ruso asaltó el colegio sin respetar nada. 700 heridos, 334 muertos, 186 niños. En 2017 el Tribunal Europeo de Derechos Humanos consideró que hubo "graves fallos" y condenó a Rusia a indemnizar a las víctimas y a los rehenes supervivientes. Hay mil ejemplos de la impiedad de este líder.
Putin, como buen autócrata, odia la democracia, poder subversivo que ofrece a la gente la posibilidad de prosperidad, libertad y justicia. En Rusia la mayoría del pueblo vive en la pobreza. Según Rosstat, con 143 millones de habitantes Rusia tiene el 1,3 del PIB de España. ¿Qué clase de persona mete a un país tan pobre en una guerra larga y dolorosa? Un tipo sin escrúpulos, de perfil hitleriano, pues también se apodera de las instituciones eliminando la democracia. Decir la palabra "guerra" o publicar la lista de muertos está penado con cárcel.
Según The Economist, de los 195 países del mundo, solo 23 tienen democracia plena. La calidad de vida y la democracia avanzan juntas, salvo excepciones, por ello es una quinta columna ejemplarizante que debilita las dictaduras. Y democracia plena es igual Occidente, lo que en cada uno de sus discursos demoniza Putin incluso comparándolo con el nazismo.
Occidente es "el demonio puro". Dice que saquea el mundo, realiza experimentos monstruosos de anulación de mentes, que es la negación radical de los valores morales, religiosos y familiares. Extorsión, chantaje, soborno, intimidación, neocolonialismo, represión, pobreza, esclavitud... eso dice Putin a su pueblo que es Occidente. Es lógico que los países cercanos quieran ser democracias. Sobre todo Ucrania. Y según la DUDH están en su derecho, por mucho que la geopolítica lo discuta. ¿Quién no va a querer alejarse de un líder autoritario y megalómano que quiere hacer resurgir un imperio imposible? Escucho opiniones televisivas que ven la guerra como una conspiración de USA, y alucino. Creo que el gran enemigo de Putin, como de otro dictador, es la existencia misma de la democracia.
Impreso desde www.manueljulia.com el día 05/06/2023 a las 02:06h.