21/10/2016
LA INVASIÓN DE LOS BÁRBAROS
Hordas de brutos, energúmenos y salvajes inundaron Madrid. No les llamo burros pues no es cuestión de insultar al noble asno. Tampoco animales. Muchos de los que llamamos irracionales tienen más inteligencia que estos bestias, como por ejemplo Woody, mi perro. Les llamo mostrencos, camorristas, pendencieros o majaderos. Seguro que cualquier piedra de las que arrojaron tiene más seso que sus cabezas rapadas. Las hordas vinieron de los fríos polacos, de Varsovia. Llenaron de gritos y violencia la ciudad y me vino a la memoria el bandidaje de Los Carniceros de Orel, los ultras rusos de la Eurocopa.
Después de verlos destrozar el mobiliario urbano, gritar como locos por las plazas, bravuconear contra quien les mirara, atacar periodistas, desafiar a la policía, morder a los caballos me pregunto cómo los dejan sueltos por Europa o al menos no salen con un bozal. Los vi gritar como posesos en la plaza de Santa Ana. Escuché desde Sol sus rugidos de fieras. Vi la batalla sin cuartel con la policía cerca del Bernabeu. Algunos levantaban niños hacia el cielo. Menuda enseñanza. Sonreí al verlos desfilar como borregos apaciguados por la policía hacia el campo. No deben salir de su país. Son mala gente que camina y va apestando la tierra (A. Machado).
UN GENIO DESPEINADO
Marcelo todavía parece un niño jugando al Fútbol Sala. Su melena agita el viento cuando corre por la banda y consigue que el tiempo entre en otra dimensión. Un movimiento que parece lento se vuelve rápido como el de una gacela. Un balón que parece perderse por la banda se pega en su pie. Un suspiro de viento se queda mientras Marcelo disfruta de su regate. Parece fácil quitarle el balón pero es mentira. Siempre tiene un giro imprevisto, un engaño efectivo, una sonrisa que enlaza fútbol y diversión, como cuando los niños se miden en un recreo o en el campo de arena.
La genialidad de Marcelo llena el fútbol de atrevimiento. Rompe cualquier esbozo de bostezo. El fútbol lo es todo para Marcelo. Él es el espectáculo en su pureza, el talento desnudo, el corazón feliz debajo de la camiseta y las luces. Es un genio despeinado que nos descubre que el espacio es relativo. Por eso unos se mueven atrapados por la tierra y Marcelo vuela zigzagueando por el campo como un niño feliz en su Tiovivo.
LA PESADILLA DE GUARDIOLA
Bajo un sembrado alterno de esteladas Guardiola volvió a sufrir. El día del Bayer sintió ese ahogo de la derrota quizá mezclado con bellos recuerdos del Nou Camp. Tantos éxitos que en aquel momento ya no eran nada. Agachó la cabeza y luego la levantó mirando en el césped como Messi corría celebrando el gol maravilloso. Aquel genio pequeño que tanto había admirado rompía su currículum de vencedor inexorable. Volvía con el Manchester City otra vez al mismo lugar. Y el gesto se frunció de nuevo. Otra vez tuvo que agachar la cabeza y ver a Messi como una pesadilla real gritando su gozo, esta vez por tres goles. El gran ganador es derrotado por otro ganador más grande.
España no me sienta bien debió de pensar Guardiola. En cada uno de los viajes ha tenido que tomar aceite de ricino. España trunca su filosofía. Messi hurgó en la herida con su talento descomunal, tan grande tan grande que rompe cualquier sistema. No podrá cerrar los ojos Guardiola sin ver a Messi en sus sueños como la peor pesadilla. Pensará cada vez que venga a España que una lluvia de juego le destroza. Pensará que aquí no es bien recibido.
LOS COCOS ESPAÑOLES
Sobre la furia bestial de la afición del Legia el Madrid volvió a sentir esa luz que le nace con la Champions. Los chavales de la cantera, Morata y Lucas Vázquez, marcaron un gran gol. Zidane anotó en su libreta no olvidar que jueguen partidos, que sientan que son necesarios, que aunque sea difícil contentar a todos tiene que crear un estatus en el que nadie se sienta relegado. Al final todos esos resortes serán los que favorezcan que el equipo llegue entero a la primavera decisiva.
Además del Madrid ganaron todos los equipos españoles. El Sevilla se doctoró en prestigio y fuerza. Bregó, luchó, peleó, creyó en sí mismo y marcó. Para llegar alto hay que pasar por estos barrizales. Un Atlético más atacante dominó. Suma en la Rusia lejana, en un campo hosco que le abre la puerta de octavos. El Barça muestra su agilidad y su pegada contra el City. La Liga es poderosa en juego, aunque inferior en dólares. Pero que siga siendo así muchos años. En esta Champhions habrá cuatro cocos españoles en los bombos de octavos.
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