18/10/2009
Leo los recuerdos del último pescador de las Tablas de Daimiel. Se llama Julio y tiene el rostro enjuto y cortado de los que hacen su vida en el campo y se hacen bajo el sol y bajo el frío. Su mirada es triste. Es una mirada nostálgica. Recuerda cuando la laguna llegaba hasta casi las paredes de la casa y salían de ella en barca. Había cangrejos autóctonos, carpas, lucios y por la noche bebían el agua del Guadiana. La barca está ahora sobre unos matojos grises que huelen a leña, descascarillada, despintada, deshaciéndose. Como las propias tablas. De 1.600 hectáreas inundables, solo 10 están encharcadas. El Guadiana, ese río al que Cervantes llamó padre, y lo era de todas estas tierras, ha sido ajusticiado por unos y por otros, por los que no defendieron al acuífero, por los que de manera ilegal convirtieron el secano en regadío, por los que solo pensaron en aumentar las subvenciones y a todo lo que olía a ecologismo lo trataban de fanático. También por los que, desde el sector público, no redactaron con tiempo los proyectos necesarios y sólo a última hora ofrecen los parches de siempre. Somos poco ecologistas. Porque se han secado las tablas, y aquí no ha pasado nada. Visitamos ese desierto en ciernes, paseamos por los puentes de madera moviendo la cabeza, en queja profunda, y nos volvemos a casa. La naturaleza, que es muy lógica, ha mandado ya un aviso increíble. La tierra se ha horadado y de los agujeros ha comenzado a salir un humo que nos indica que se está quemando por dentro. Julio, con su mirada triste, mira los matojos ahumados y con la tristeza en sus pequeños ojos nos dice que jamás imaginaría ver esta muerte. La muerte de la tierra. Porque el agua es el oxígeno que necesita para vivir y los inoperantes y los aprovechados han conseguido que haya un déficit en el acuífero de 3000 htm, tres veces el derogado trasvase del Ebro. Alguien plantea este problema como una batalla entre la agricultura y la ecología. Y es un error. No es una batalla. La ecología no ha podido defenderse. Es la devastación de una agricultura mal planteada contra la ecología. Y ha perdido la tierra. Y la tierra siempre termina vengándose.
Breve extracto del texto "La poesía de Manuel Juliá: La escritura del corazón", de Jesús Barrajón Muñoz, profesor titular de Literatura Española en la Universidad de Castilla-la Mancha, Facultad de Letras.. . Hace ahora veinticuatro años que Manuel Juliá (...
CONTRAPORTADA. Decidí de lo que iba a escribir, escribiría de ella. Aún no sabía ni la estructura ni el contenido, ni siquiera si sería un libro de poemas o una novela, pero tenía claro que escribiría sobre de ella y que el libro se llamaría Madre, el más ...
Nueve apasionantes relatos, basados en el terrible lenguaje de los hechos, en los que el periodista y poeta Manuel Juliá expresa la intrahistoria de los Quijotes del siglo XXI de los que se ocupa el programa de Mediaset, inspirándose en su idea original. H...
El sueño de la muerte (2013), El sueño del amor (2014) y El sueño de la vida (2015), publicados en Hiperión, se pensaron por su autor como una trilogía que ahora se reúne en un solo libro en el que destaca su coherencia poética. La Trilogía contiene una via...
Si desea recibir información de esta página: