24/02/2008
En sus memorias Guntër Grass define a la memoria como “la oficina de los objetos perdidos”. Qué excelente metáfora del hecho de que vivir significa en el fondo perder. También mantener, por supuesto. Pero es más lo que el viento se lleva que lo que queda en ese espacio cerebral en el que las neuronas atrapan lo que pueden para dejarlo encerrado en la memoria. A veces, incluso, aquello que se queda en la mente se comporta como un enjambre de hojas otoñales que, aunque persisten, van con el tiempo siendo un polvo rojo que después el viento también se llevará. Cernuda ahondó mucho en esto con un verso de Bécquer y tituló un libro “Donde habite el olvido”. Nos quiso decir que en algún lugar estará aquello que tanto significó y que luego se perdió en el subconsciente para desaparecer hacia nadie sabe dónde. Cuando pienso en los enfermos de Alzheimer recuerdo ese título de Cernuda y me pregunto si quizá no son ellos quienes saben qué habita en el olvido, en si las sensaciones de los momentos intensos que vivieron aún vibran suavemente en sus conciencias. Me pregunto cuáles serían las sombras de la memoria del gran filósofo Ciorán, que murió de Alzheimer. Me pregunto si la sabiduría que acumuló en su cerebro desapareció en su totalidad o al morir los datos quedó algún tipo de conocimiento al estilo de Platón (la reminiscencia) aún vibrando entre las neuronas cuando ya era imposible que pudiera siquiera expresarse. Creo que nuestra necesidad de trascendencia, de continuar de otra forma después de la muerte, evita que consideremos el olvido o la pérdida dolorosa como una muerte definitiva. Para Grass la memoria es una cebolla que se va pelando y va mostrando capas más profundas que rescatan situaciones del pasado, momentos que ya no recordábamos pero que aún siguen ahí, en lo más hondo, esperando que les lancemos una cuerda para volver a la luz. Nadie sabe qué existe en la última y más profunda capa de la cebolla. Pero lo cierto es que casi todos sentimos que allí estará esperándonos algo que quizá dé sentido a todo lo que se pierde y se desea recuperar.
El sueño de la muerte (2013), El sueño del amor (2014) y El sueño de la vida (2015), publicados en Hiperión, se pensaron por su autor como una trilogía que ahora se reúne en un solo libro en el que destaca su coherencia poética. La Trilogía contiene una via...
PERSISTENCIA. En cualquier rincón de cualquier lugar del tiempola oscuridad busca mi nombre,y tiene un juego de recuerdos que busca mi nombre,los días se pierden por los pasillos renacidos como olaso poemas subidos al lomo de los pájaros,las adelfas y ...
V. Cuando me abrazas todo es sereno en mi cabeza doliday la angustia se cae de la almohadaal recipiente donde hierve la luz de la ropa sucia,. cuando me abrazas se pierden los voraces pensamientosy siento que estoy tan dentro de ti amor que te consumo...
FINAL. Si me pides el corazón, te lo daré entero. Si me pides los recuerdos los escribiré y los pondré encima de una bandeja con su silencio cortado, para entregártelos y que luego puedas hacer con ellos los que quieras, imaginarlos dentro de ti por ...
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