21/10/2007
Decía un filósofo cínico que cuando en un enfrentamiento todos quedan descontentos es que nadie ha ganado. Algo así pasa con la Ley de Memoria Histórica e igual esta disensión es un excelente síntoma para creer que se ha hecho lo que se debía de hacer. Pienso que hasta los que esperaban un mayor reconocimiento deben estar contentos, pues, aun siendo legítimos sus deseos, haber avanzado más habría sido dar pábulo a los que dicen que tratar ahora sobre esto es despertar las cainitas ansias de sangre del pasado. Según éstos nada se debería haber hecho ya que el asunto (la reconciliación) quedó resuelto durante la transición. Y es cierto que la transición fue modélica, antes que nada porque todo el mundo miró para el futuro y nadie para el pasado. Cierto es que aquella era la única solución para el extraño puzzle en el que estábamos inmersos. Entonces se realizó un incomparable ejercicio de pragmatismo político que nos ha asentado en una democracia, todo lo mejorable que se quiera, pero que está años luz del viejo y militar sistema en el que si se escribía lo que se pensaba terminaba uno pelando patatas en el destierro carcelario. Aquel fue tiempo para olvidar, y se hizo. Pero ahora, 30 años después, entiendo que con las heridas cicatrizadas, es el momento de ocuparse de la dignidad de los perdedores. ¿Por qué ha de molestar esto hoy a alguien? ¿Por qué ese miedo extraño a tocar ese asunto, sobre todo si se hace desde una parte, la de los perseguidos? Ahora no debe haber dos Españas, sino una, inmensa y hermosa, abrigada por el ser democrático, en la que están todas las tendencias moderadas, y otra minúscula, decadente, gritona, que todavía vive con el lenguaje, la mente y la memoria de una dictadura que gobernó con cadenas durante 40 años. Esas son para mí las dos Españas. Por eso no entiendo que moleste esa dignidad recibida. Como no debe molestar que la iglesia reconozca a los que murieron por la barbarie de los izquierdistas furibundos. Todo el dolor merece el consuelo del abrazo y bueno sería cerrar el tema con un profundo reconocimiento a los que todavía estaban esperando el perdón definitivo de la Historia.
Breve extracto del texto "La poesía de Manuel Juliá: La escritura del corazón", de Jesús Barrajón Muñoz, profesor titular de Literatura Española en la Universidad de Castilla-la Mancha, Facultad de Letras.. . Hace ahora veinticuatro años que Manuel Juliá (...
CONTRAPORTADA. Decidí de lo que iba a escribir, escribiría de ella. Aún no sabía ni la estructura ni el contenido, ni siquiera si sería un libro de poemas o una novela, pero tenía claro que escribiría sobre de ella y que el libro se llamaría Madre, el más ...
Nueve apasionantes relatos, basados en el terrible lenguaje de los hechos, en los que el periodista y poeta Manuel Juliá expresa la intrahistoria de los Quijotes del siglo XXI de los que se ocupa el programa de Mediaset, inspirándose en su idea original. H...
El sueño de la muerte (2013), El sueño del amor (2014) y El sueño de la vida (2015), publicados en Hiperión, se pensaron por su autor como una trilogía que ahora se reúne en un solo libro en el que destaca su coherencia poética. La Trilogía contiene una via...
Si desea recibir información de esta página: